viernes, 16 de septiembre de 2011

TRIATLÓN DE ABEJAR, Campeonato de Castilla y León de media distancia.


Vuelvo a la media distancia sin haberlo preparado y tras un verano dedicado a los sprines.Con muy buen resultado en cuanto a mi respuesta física, pero con un desenlace sorprendente.

La carrera en realidad era un clasificatorio para el Campeonato de España de Media y Larga distancia, por lo que el nivel era mucho más alto que en un campeonato de Castilla y León, si bien la participación era baja. Me apunté en élite con objeto de ayudar al equipo a sumar puntos y lo cierto es que no desentoné demasiado.

Finalmente no se subió la Laguna Negra con lo que el recorrido no era el infierno inicial, pero aún así había dos importantes cuestas que subir, con lo que me decidí por no llevar la cabra y darle una oportunidad a mi nueva wilier "gran turismo", una clásica tuneada con un buen acople y ruedas de perfil. Es decir, un híbrido para un recorrido donde había de todo, y que una vez visto el resultado, puedo decir que acerté con la elección.

Salida tempranera, a las 8h, mucho frio y dudas sobre elección de ropa. Noche cerrada en boxes, lo que me recuerda mis Ironmanes. Amanece y al agua. Sólo somos 25 en élite así que no hay porque temer peleas. Salgo bien colocado pero enseguida veo un grupo que se destaca y al que no puedo seguir el ritmo, así que decido mirar para atrás, no pienso tirar porque la jornada es muy larga. Doy paso y me coloco a pies, voy muy cómodo, tal vez demasiado pero por una vez no pasa nada.

Salimos a tierra en la primera vuelta y veo que encabezamos un gran grupo, asi que estoy seguro que Bermejo y Rubén vienen conmigo. Otra vuelta fácil y a tierra. Efectivamente en la T1 nos saludamos todos los Molpesas, salgo el primero, a pesar de que el neopreno se me atasca y que tengo que parar a ponerme el dorsal que se me olvidaba, suerte que lo tenía colgado en la bici.

No fue así con los calcetines, que al poco de salir me di cuenta que me los había dejado en la T1, ¡horror¡, y no tengo otros en la T2, ¡la cosa se complica¡. Todas las carreras de larga distancia (ahora también las de media) son una continua superación de adversidades, pero esto era demasiado. Pensar en los 21 km a pie sin calcetines me desmoralizaba, pero poco a poco conseguí olvidarme al encontrarme muy bien en la bici.

Tanto que a Bermejo le costó mucho cogerme, por lo menos 10 km. Al llegar a mi me propuse seguirle, algo que nunca había conseguido, es más siempre me había metido en torno a los 10 minutos, pero ésta vez no fue así, hice toda la bici con él y además sin excesivos esfuerzos, salvo los últimos 5 km donde su cabra era mucho más efectiva que mi híbrida.



Sobre el km 60 me adelanta una oficial se pone al lado de Bermejo que iba delante mio, le dice algo, veo que discuten con el consiguiente parón de ambos, por lo que decido adelantarles. De repente la oficial se pone a mi altura y me dice que tengo tarjeta amarilla por invadir el carril contrario. Alucino porque estaba tratado de adelantarles y no había otra manera que invadir el supuesto carril contrario, ya que estábamos en una pista forestal de no más de 4 metros de ancho. No obstante no le di mucha importancia, ya que una tarjeta amarilla no deja de ser una advertencia y como estábamos ya terminando la bici, pensé que con tener un poco más de cuidado en lo poco que faltaba era suficiente.

Llegamos a la T2, salgo delante de Bermejo pero me toca volver a dejar el chaleco. Me encuentro bien, no obstante voy tranquilo sin forzar. A los 5 km ya me empiezan a doler los pies por las rozaduras. Pienso en bajarme las perneras y ponérmelas de calcetines, pero solo pensar en parar me revuelve las tripas, así que sigo para adelante.

Los kilómetros pasan y no sufro, solo sufren mis pies. Sobre el km 12 el dolor ya es tremendo. Me imagino que las ampollas ya se habrían transformado en heridas, pero no puedo parar soy un masoca. En la última vuelta aprieto lo que puedo, sobre todo a la bajada, los últimos 2,5 kms los hago a tope, disfrutando por un lado de lo bien que estaba acabando y por otro aguantándome el dolor de los pies .

Cruzo la meta y un metro después me quito las zapatillas. Mis pies aparecen llenos de sangre ante el ¡oh¡ del público. Directo a la cruz roja. Toca seguir sufriendo, vaya dolores con las curas. Hasta la doctora flipaba.

Cojeando me voy a ver a los jueces y a preguntarles por mi tarjeta amarilla. Ahora me tocaba flipar a mi. Me dicen que estoy descalificado y Bermejo también, que invadir el carril contrario es descalificación directa. Me quedo a cuadros, les explico que sólo me habían sacado una tarjeta amarilla, pero no quieren saber nada del tema.

Le digo que queremos recurrir. Me piden 100 euros y me dan un papel para escribir. Me siento en un pupitre a redactar, pero me echan de allí, me dicen que están trabajando y que salga fuera. Parece que me toca escribir en el suelo, pero el encargado de la instalación que me ve, me pasa a otra sala donde puedo escribir apoyado en una mesa, aunque sea de pie.

El folio que me han dado se me queda corto. Cuento que estabamos adelantando a otro triatleta con el quehay que dejar una separación de 1,5 metros, que la carretera era muy estrecha, que no estaban señalados los carriles, que estaba llena de baches y agujeros, que era imposible mantener una línea recta, que no había peligro porque era un tramo en el que no podían venir triatletas de frente ni vehículos ya que el tráfico estaba cerrado. Pero nada, desestiman el recurso y nos quedamos de piedra. A Bermejo le quitan el 8º puesto en la prueba, el Campeonato de Castilla y León absoluto y de Veteranos, a mi el subcampeonato de Veteranos, al club el Campeonato de Castilla y León y la victoria en la prueba con 188 euros de premio, que sumados a los 100 entregados hacen 288.

Vamos que nos ha salido redonda la prueba. De vuelta a casa en la furgoneta no dejamos de darle vuelta al tema y decidimos recurrir ante el Comité Español de Disciplina Deportiva. Ya tengo hecho el recurso, nada menos que 9 folios, pero es que ya aprovecho y les cuestiono todo el procedimiento sancionador, ya que además de todo lo anterior tengo que aguantar que el Juez árbitro me diga al notificarme la resolución del recurso que la sanción es firme.

¡Vamos¡, que se saltan toda la normativa de disciplina deportiva y el sistema jurisdiccional español. ¡Como sino hubiera tribunales deportivos y judicales que les pudan enmedar la plana a algo que ellos han decidido en 15 minutos¡

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