domingo, 22 de mayo de 2011

ECOTRIMAD

Empiezo está entrada con la crónica que de la carrera femenina hace la FETRI en su página "Que día tan bueno se presentaba a la hora del inicio de la prueba, sol, calor y un día agradable que presagiaba una tarde de intenso calor. Y así fue hasta que comenzó la bicicleta, cayó agua y granizo, mucho granizo. Y en una de estas ráfagas la que a la postre seria la ganadora Ana Burgos se refugiaba junto con otros 3 ó 4 triatletas en la marquesina de la parada del autobús. Ese fue el momento en que Estefanía Gómez se ponía en primera posición ya que Ana no quería arriesgarse a tener una caída y cuando amaino un poco la tormenta Ana continuó hasta dar caza a Estefanía pero ya en la carrera a pié y vencerla de forma acomodada."

Y comienzo así porque Ana Burgos fue mi compañera de viaje en casi todo el tramo de la bicicleta, hasta que cayó el pedrisco y porque además refleja muy bien en su blog lo que vivimos los triatletas en esta prueba. Fueron 10 minutos de intenso dolor, era un caer y no parar piedras sobre mi cuerpo con la única protección del casco aerodinámico (muy útil en éste caso), el cual tenia que poner de protección para la cara girando el cuello para abajo, ya que cuando me golpeaban las piedras en la nariz o en los labios veía las estrellas. No creo que Ana y la mayoría de los triatletas parasen por el riesgo a una caída -como dice la FETRI-.  Se pararon porque era tremendo el golpeo de las piedras sobre el cuerpo, además nos pilló en un tramo donde predominaban las bajadas y en consecuencia con la velocidad, se incrementaba el dolor.



Yo no paré.  Pensé que era peor, las tormentas de granizo pasan rápido, aunque ésta duró más de lo que preveía. También pensé en que era una buena oportunidad para recuperar tiempo. A Ana enseguida la perdí, oi que me grito algo pero no la entendí. Inmediatamente cogí a Paulo Cohelo, que nos había pegado una pasada de miedo, e iba práticamente parado gritando de dolor. Luego me confesó que sino es por mi se queda por allí debajo de un pino, que fue lo que hizo la mayoría de triatletas hasta que paró de granizar, que no de llover ya que eso no ocurrió en todo lo que restó de prueba. Me asusté mucho ya que fue una situación nueva y arriesgada, especialmente cuando la carretera se puso blanca y el granizo impedía ver el asfalto.

Para que veáis que no exagero os copio y pego un extracto de la crónica de Ana Burgos que está en su blog: "La transición fue bien y salí rápido a afrontar el segmento ciclista con la cabra..., poco a poco iba cubriendo esta parte de la competición por un circuito bonito, espectacular y divertido, buena elección de la organización, pero al dar la vuelta en el punto de giro vi las nubes negras que se cernían sobre nosotros. No tardaron en descargar y ahí empezaron los problemas. Nunca, nunca, nunca, he pasado tanto frío y miedo compitiendo, ni en mi época de ciclismo en carretera, mientras el aguacero descargaba y me encontraba sola en la carretera un rayo cayó a lo lejos pero yo lo note, note una cierta tensión en la bici, un cosquilleo y entonces fue cuando ya no pude más, solo quería encontrar un sitio para guarecerme y las lágrimas de impotencia y frío llegaron a caer. todo empeoro cuando llego la granizada solo sentía dolor como si me clavaran agujas en las piernas y la espalda, en eso al pasar por un pueblo vi una marquesina de autobús en la que otros 4 chicos se refugiaban y ahí me fui, es la primera vez en mi vida que me paro en una competición pero el dolor del granizo, el frío, la tiritona, la sensación de abandono eran tales que era lo único que se me ocurrió. Poco a poco dejo de granizar y entre una intensa lluvia y después de unos 6 ó 7 minutos parados todos salimos a continuar, pero yo ya no daba pedales, no podía, solo tiritaba y tiritaba y mi mandíbula batía y batía.


Por fin llegue a boxes, no sabia nada de la situación de carrera, en la bajada vi a Alberto que ya me dio referencias pero a mi no me importaban solo quería acabar, cuando le vi me dieron ganas de abrazarme a él y guarecerme pero mi empeño en la competición pudo mas. Y a ponerme las zapatillas de correr, secas, ¡menos mal! me acorde de dejarlas en una bolsa de plástico. La primera vuelta no corrí solo me desplazaba pero al terminarla Alberto me volvió a dar referencias y vi que estaba recortando con Estefania, ya en la segunda vuelta la cogí y fue cuando empece a correr un poco más, hasta ahora mi pulsometro no pasaba de 150 pulsaciones, la ultima vuelta la hice a 165 de media. Por fin la llegada, increíble el lugar, la muralla. el castillo, todo es un marco incomparable, sin duda ecotrimad va a ser un referente en el triatlón de media distancia en España. Gracias a todos los que en la carrera simplemente con decir mi nombre me ayudasteis a llegar, gracias.

Por fin me pude abrigar, pero yo solo pensaba en ponerme seca y en todos los que todavía estabais compitiendo. En los últimos meses la dirección técnica de la FETRI edita una revista que se llama héroes, vosotros, todos los que terminasteis lo sois, nosotros los elite, Marcel, Javi, Ivan, Ainhoa, yo misma, llegamos y lo tenemos todo, incluso el premio económico pero todos los que salisteis y sufristeis lo mismo que Marcel, Jose, Estefania o yo, todos tenéis mi mas rendida admiración y ojalá pudiera felicitaros a todos uno por uno."

Por cierto que menuda pasada me pegó Ana corriendo, no pude hacer ni amago de seguirle, menuda máquina. Y eso que no corrí mal, aunque el tiempo no fue bueno (1h40'), supongo que por el barro y las cuestas, lo cierto es que me encontré bien y corrí muy cómodo los 21 km.

En cuanto a la natación confirmo mi evolución positiva, saliendo en el puesto 21 y también con buenas sensaciones. Al final puesto 31 y terceros por equipos. Gratos recuerdos traerá esta bonita prueba de la sierra madrileña, calor , bonitos paisajes, buena organización y diseño y la posibilidad de contar el frío que se pasó con la granizada.


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