Con unas agujetas de miedo me presento en una nueva carrera popular “Don Bosco”, después de dos días de esquí, uno de fondo y otro de alpino. Fueron 9.450 metros que recorrí en 37’22’’, a 4’2’’ de media el kilómetro. Mucho sube y baja, mucho giro de noventa grados y sobre todo mucha gente (800 corredores).
Buenas sensaciones y buena media teniendo en cuenta el dolor general en mi cuerpo por los dos días previos de montaña. El viernes 30 kilómetros de esquí de fondo –mi segundo entrenamiento del año- y el sábado esquí alpino con la familia en un día esplendido como no recuerdo, en cuanto a clima y calidad de la nieve. El domingo cuando me levanté por la mañana no pensé que pudiera correr así, pero es espectacular como la mente va pudiendo al cuerpo y lo transforma poco a poco en una máquina de hacer deporte, aplazando sus dolores conforme llega la hora de la carrera. Eso si por la tarde tuve que suspender un partido de tenis que tenía apalabrado.
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