Mucho tiempo llevaba oyendo hablar del triatón de blanco de Reinosa, unos de los más antiguos de España y que lleva celebrándose desde los años 80. Así que mientras yo veía la bola de cristal algunos ya estaban dándole caña al cuerpo de esta forma tan original.
La experiencia se nota, Reinosa me ha demostrado que se puede hacer un triatlón sin que al triatleta se le haga rascarse el bolsillo hasta el fondo. Por 15 euros tuvimos mucho más que en la mayoría de la pruebas actuales donde ya prima el ánimo de lucro del organizador sobre el aspecto deportivo.
Reinosa fue una localidad volcada con la prueba, mucho público, bien ambientada con speaker que entrevistaba a los triatletas antes de empezar, una silla para cada triatleta en el box para cambiarse sentado, la T2 también sentados y a cubierto, avituallamientos en la carrera a pie, en el ciclismo y en el esquí, bolsa del triatleta muy consitente con productos varios de la tierra y forro polar incluido, duchas con calefacción y agua caliente (en el Campeonato de España de Ansó me fui a casa sin duchar por las duras condiciones que había que sufrir para hacerlo), piscina cubierta post prueba para recuperar...
Quiero destacar sobre todo las facilidades que se dan al triatleta para inscribirse pudiendo hacerlo con una simple llamada de teléfono incluso el mismo día de la prueba, así como la posibilidad de pagar al recoger al dorsal, demostrando una gran confianza en el triatleta y desmitificando las complicaciones que alegan algunas de los "grandes organizadores" para que eso se haya perdido.
En cuanto a lo climátológico, el día fue de perros, nevando desde el minuto uno, pero allí no se rajaba nadie, todo el mundo calentando sin problema alguno mientras yo me refugiaba del agua. Especialmente destacable eran los cilístas de los equipos de relevos que instalaron el rodillo en los boxes y allí se subieron sin importarles la que estaba cayendo (y eso que 5 metros había unos soportales estupendos). Así que allí estabamos, con nieve, todo el suelo encharcado -lo cual en la bici hizo que me calara hasta los calzones- y con una fuerte ventisca en la estación que impedía tener buena visibilidad, lo que me llevó a salirme varias veces del circuito de esquí.
En cuanto a lo deportivo repeteción de la jugada de Ansó, buena carrera a pie y bicicleta, pero esquiando bastante peor. Para empezar no había huella con lo que los del estilo clásico ibamos fatal, además no podía con los brazos, estaba sin fuerza y parecía que llevaba dos pesas en vez de bastones. Para colmo, además de pasarme patinores continuamente, de repente me pasa uno con clásico, lo que me confirmaba que no podía con aquello que Trillo "mandó" en el Congreso de los Diputados. En un arrebato competitivo intento seguirlo, estoy casi una vuelta entera detrás de él pensando atacarle en la bajada, ya que llevaba unos esquís el doble de anchos que los míos. Pero nada, en la bajada también controlaba más que yo y acabo por fundime, peridiéndolo de vista en la última vuelta.
Así que finalizada ésta nueva experiencia blanca espero repetirla al año que viene, mejorando mi nivel de esquí.
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