Vuelta a los raids después de 1 año y medio con mis amigos del tripi. Desde las 10 de la mañana del sábado hasta las 4 de la mañana del domingo sin parar de darnos cera. Primera vez que íbamos en élite, donde los tres miembros del equipo tienen que estar siempre en carrera, no pudiendo alternarse, y ha valido la pena la experiencia a pesar de la paliza.
Ésta vez sacamos tres equipos, dos en élite y uno en aventura.Yo iba con Luis Ángel Fernandez y Patricia Muñoz. Muy superiores los dos a mi en ésta disciplina, Luis Ángel porque sin un buen orientador da igual todo lo demás y Patricia porque parece una cabra subiendo y bajando por la montaña, incluido cuando nos tocó subir con los patines.
Empezamos con una sección de treking relativamente corta y cómoda, salvo una pared de unos 300 metros que nos hinchó bien los gemelos (12 km en 1h y 40'). Después bicicleta, 30 km con un gran desnivel. Nada más salir a ajustar mi sillín que me iba para atrás y delante como un balancín, un poco más adelante rotura de la cadena solucionada gracias a Luis Ángel que también es un gran mecánico. Con las averías ya nos quedamos los últimos, pero nuestro objetivo no era ganar a nadie (tal vez al otro equipo tripi), sino coger todas las balizas posibles y terminar lo máximo del recorrido. La puntilla de la sección fue una larga y fuerte subida que nos dejó doblados, pero por lo menos no nos perdimos en ningún momento lo que es una gozada.
La siguiente sección eran 12km de kayak, aunque previamente había una novedad "stand paddle", que es remar de pie en una tabla como los jueces del Ironman de Hawaii. A Luis Ángel le toco con el viento en contra y casi no llega, hubo un momento qiue iba para atrás y cuando cayó al agua pensé que teníamos que ir a buscarle a la otra orilla. Pero el tío le echó lo que hay que echarle, se lo curró y al final llegó. Después la piragua, menuda tostada a remar, 12 km que nos costaron 2h 40'. Pasamos bastante frio sobre todo al bajar de la piragua a por las balizas, puesto que debido al oleaje que levantaba el viento, nos calamos enteros y al bajar a la orilla mojados nos quedábamos tiesos.
Despues de la piragua Luis Ángel y Patri escalaron una pared de rocódromo como si nada mientras yo les aseguraba. Luego una tirolina que hizo Luis Ángel, previa subida por una cosa parecida a una escalera con parkinson. Yo les aplaudí con las orejas.
A por los patines, vaya cera. Subida de 7 kilómetros al puerto de Navafría por la carretera con los patines, salvo Luis que decidió hacerlo con los patines en la mochila. Impresionante Patricia que nos dejaba atrás como si nada. Con los bastones se asemeja un poco al esquí de fondo y yo pensé que no iba a tener problemas, pero a duras penas podía seguir el ritmo de mi compañera.
A mitad de puerto nos quitamos los patines y seguimos subiendo, toca un trekking de 14 km. No encontramos el camino que acortaba hasta la cima del puerto de Navafría donde estaba la primera baliza, así que seguimos por la carreta, mucha vuelta pero con la seguridad de que así no nos perdíamos. Una vez arriba, ya de noche cerrada, nos planteamos ir a por la siguiente baliza que estaba en otro pico mucho más alto. Decidimos ir a por ella. La cosa se empina mucho y los gemelos empiezan a quemar. La cosa se alarga y empieza a hacer frio. Llegamos a la cresta de la montaña y el aire frio empiez a pegar con fuerza. Patricia parece que lo tiene claro, conoce el terreno y empiezamos a perdela poco a poco. Al poco rato ya no le vemos ni la luz así que deducimos que ha decidido ir ella a por la baliza. Nos preocupamos un poco por que no la vemos y nos reprochamos habernos separa, algo que no debe de hacerse en la montaña y menos de noche. Al rato vemos una luz de vuelta, es Patricia que ya ha picado la baliza y viene como si nada.
Empieza la bajada, a mi se me hace más dura que la subida. Con mi lumbago, la agujetas y mis débiles tobillos que se doblan a cada paso, voy sufriendo. Por fin llegamos a la carretera de nuevo, descenmos un rato por ella y pasado un rato ya cansados de asfalto decidios arriegar y tirarnos por un camino. Por suerte acertamos y pronto vimos las luces del pueblo.
Vaya pana, son las 2 de la mañana, llevamos todas las.balizas recgoidas, pero nos queda una sección de nada menos que 46 km de BTT. Yo creo que no nos daba tiempo a terminarla porque el cierre de control era a la 7 de la mañana. No obstante yo voto por salir, Luis Ángel también, pero Patricia no quiere saber nada de la bici. Al final decidimos una solución intermedia que fue salir y coger las dos balizas más cercanas.
Así que cogemos el camino y enseguida llegamos al primer punto, que es el mismo por el que antes habíamos pasdo con la piragua. Allí hay un equipo dando vueltas y buscando la baliza. Pero al poco rato deciden irse diciendo que no estaba, que la organización la había quitado y que lo mismo les había pasado en el otro lado del lago con la otra baliza. Nos convencen, pero no obstante Patricia va a comprobarlo y tampoco la encuentra, con lo que nos volvemos para casa, confiando en que nos puntuaran las balizas a pesar de no haberlas encontrado.
Llegamos a las 4 de mañana y le contamos la película a la organización pero que nos dicen que las balizas si que estaban. Los del otro equipo se ponen como mulas a protestar y queda la cuestión pendiente para el día siguiente, cuando nos confirman que nadie las había quitado y que equipos que llegaron después de nosotros si las habían encontrado. Esta cagadita nos hizo quedar detrás del otro equipo tripi, que era para nosotros una pequeña victoria. A la cama, mejor dicho al saco ¡pero que bien dormí¡
Despúes de un gran desayuno rememorando batallas del día anterior, nos vamos al pantano. Última sección de 6 km de kayak. Un paseo comparado con lo del día anterior y encima con buen tiempo. Lo mejor fue que ganaron la etapa nuestros compañeros del tripi Mauri y Oscar que iban Aventura. Me quedo con ganas de ver la cara de la gente cuando cruzaron la meta en primer lugar preguntandose ¿éstos de dónde han salido?.